El Nuevo Herald
Gabriela Moya interview in El Nuevo Herald
SARAH MORENO
smoreno@ElNuevoHerald.com
Gabriela Moya hacía un internado en el taller del diseñador portugués radicado en París, Felipe Oliveira Baptista −hoy director creativo de Lacoste−, cuando descubrió que le encantaba trabajar el diseño de textiles.
La joven diseñadora cubanoamericana estudiaba entonces en una de las escuelas de moda más prestigiosas y antiguas de la capital francesa, L’Ecole Supérieure des Arts et Techniques de la Mode de París, y soñaba con vincular sus estudios previos de Historia del arte con el diseño de modas.
En este sentido Moya tenía como antecedentes a grandes creadores como Yves Saint Laurent, que en los años 60 incorporó a sus vestidos las formas geométricas de los cuadros de Mondrian, y a Cristóbal Balenciaga, quien recreó en sus elegantes trajes de noche el vestuario de las pinturas de Goya.
Pero Moya es sobre todo una joven de su tiempo, que recorre a diario las calles de Nueva York −donde tiene su atelier− y que admira a artistas innovadores como Walter De Maria. En su viaje de exploración del arte, Moya también ha tenido la suerte de encontrarse con el pintor cubano Carlos Estévez, cuyas obras la inspiraron para el diseño de las telas de su primera colección, para el Otoño Invierno 2011.
“La obra de Estévez tiene una parte suave y poética, y otra más rígida y lógica’’, comenta Moya, que se basó en un cuadro de Estévez que representa a una mujer mitad mariposa, mitad máquina, para una de las piezas clave de su colección, un vestido de espalda y escote profundo cuya falda plisada se abre como alas de mariposa.
Moya cree que la moda debe favorecer la silueta femenina y mostrar piel. Por eso el vestido “mariposa’’ presenta cortes que ofrecen varias opciones a la hora de usarlo: una más atrevida en la que debajo se lleva sólo un brassiere, o una quizás más regular, para chicas un poco tímidas como la misma Moya, que prefiere usarlo con un pulóver de base.
Además de las formas simples y los elementos de la naturaleza, Moya bebe del minimalismo de la moda de los años 60, donde “las telas cuentan la historia.
“Me gusta la combinación de una blusa muy cubierta con una minifalda, o de una blusa muy sexy con una falda larga’’, señala Moya, que ha mezclado la transparencia de tejidos suaves como la seda con la fuerza y resistencia del cuero.
Estos materiales los empareja de manera original cuando la modelo lleva un brassiere de cuero rojo sobre una blusa de seda. Los cortes inesperados, realizados en formas geométricas y colores contrastantes, convierten otras veces un abrigo común en una pieza de aire muy juvenil.
“En el proceso de diseño me pongo a dibujar formas, y cuando veo alguna que me gusta digo ‘esta se puede convertir en una blusa o ir como detalle en una manga’, cuenta la diseñadora, que considera que trabajar con un artista introduce “un elemento de lujo que trae como resultado piezas únicas’’.•
Para más información sobre la colección Otoño-Invierno 2011, visite www.gabriela moya.com o escriba a contact@gabriela moya.com